Cuidar a niños con cáncer

Es normal que los padres que cuidan a un hijo que tiene cáncer se sientan nerviosos y asustados. Sin embargo, con planificación, usted podrá ayudar a su hijo durante su tratamiento, y lo verá volver a tener una vida normal. Si conoce los signos y síntomas de infección y las medidas que puede tomar para prevenirla, será más fácil superar estos momentos difíciles.

En esta hoja de consejos de salud encontrará información importante que lo ayudará con el cuidado de su hijo. Las otras hojas de consejos también le proporcionarán información útil.

La quimioterapia es el tratamiento que se utiliza con mayor frecuencia para tratar el cáncer infantil. Estos potentes medicamentos anticancerosos actúan eliminando del organismo las células de rápido crecimiento, tanto las sanas como las malignas. Eso significa que estos medicamentos destruyen las células cancerosas y a menudo también eliminan los glóbulos blancos sanos, que se llaman neutrófilos. Cuando se reduce la cantidad de glóbulos blancos o leucocitos, se desarrolla una enfermedad llamada neutropenia que puede aumentar el riesgo de que su hijo contraiga una infección. Este es un efecto secundario frecuente y grave del tratamiento del cáncer.

Debido a que el tiempo que tarda en reducirse el recuento de leucocitos de su hijo depende de la dosis y del tipo de medicamento que se utilice, usted debe conversar con el médico de su hijo acerca de cuándo es probable que su hijo corra el mayor riesgo de infección.

Cuando cuide a su hijo, es importante que haga lo siguiente:

• Tómele la temperatura cada vez que su hijo se sienta afiebrado, tenga escalofríos, no tenga buen semblante o no se sienta bien.
• Trate la fiebre como una emergencia. La fiebre puede ser el único signo de infección que tenga su hijo. Si a su hijo le da fiebre, llame a su médico de inmediato, incluso si es en medio de la noche. No espere a que el consultorio o la clínica abra.
• Conozca los demás signos o síntomas de infección y llame al médico de su hijo de inmediato si su hijo tiene cualquiera de ellos.
• Tome medidas para reducir las probabilidades de que su hijo contraiga una infección.

Aunque es importante que controle a su hijo para determinar si tiene fiebre, hay otros signos o síntomas que debe conocer y que pueden indicar que su hijo tiene una infección, por ejemplo:

• Escalofríos y sudor
• Dificultad para respirar
• Tortícolis
• Goteo nasal (rinitis) o congestión nasal
• Cambio de la tos o tos nueva
• Dolor de garganta
• Dolor de oídos
• Dolor de cabeza

Entre otros signos y síntomas que pueden indicar que su hijo tiene una infección, se encuentran:

• Dolor o ardor cuando va al baño
• Aumento de la producción de orina
• Dolor de estómago
• Heces blandas o diarrea
• Vómito
• Cambios en la piel (p. ej., ampollas, erupción cutánea o sarpullido, llagas o úlceras cutáneas, etc.); revise la piel y la boca de su hijo a diario
• Llagas o dolor alrededor del recto
• Enrojecimiento, inflamación, dolor o pus en el sitio de una herida quirúrgica o un dispositivo de acceso venoso central (vía o línea central)
• Nueva aparición de dolor
• Cambio en el estado mental (p. ej., confusión o depresión)

Los niños que reciben quimioterapia pueden tener mayores riesgos de desarrollar una infección grave. Si eso sucede y su hijo no recibe atención médica de inmediato, podría ponerse muy enfermo e incluso correr el riesgo de morir. Si se presenta alguno de los signos antes mencionados, comuníquese con el médico o el enfermero de su hijo de inmediato. No espere a que el consultorio o la clínica abra.

Tenga presente que jugar con amigos, asistir a la escuela y otras actividades diarias, como hacer deporte, son una parte importante de la vida de su hijo. Converse con el médico de su hijo acerca de cuánto tiempo debe esperar para que el niño reanude estas actividades después de la quimioterapia.

En las siguientes páginas, encontrará algunas medidas que debe tomar para reducir el riesgo de que su hijo contraiga una infección:

• Anime a su hijo a lavarse las manos a menudo para evitar la propagación de microbios de una persona a otra. Usted y los demás miembros de la familia también deben lavarse las manos con regularidad. La manera más importante de prevenir una infección es lavarse las manos. Si no hay jabón y agua, puede utilizar un gel desinfectante para las manos.
• Recomiende a su hijo que no use vasos, cubiertos ni cepillos de dientes que hayan utilizado otras personas.
• Anime a su hijo a que mantenga un cuidado bucal adecuado. Haga que su hijo se lave los dientes con un cepillo de cerdas suaves al levantarse en la mañana, antes de irse a la cama por la noche y después de las comidas.
• Ayude a su hijo a evitar el contacto con otros niños y adultos que tengan infecciones como resfriados, diarrea, gripe, varicela o herpes zóster (culebrilla).
• Su hijo no debe recibir vacunas de virus vivos, como la vacuna oral contra la poliomielitis o la vacuna triple viral contra la parotiditis (paperas), el sarampión, la rubéola o la varicela mientras esté recibiendo el tratamiento. Las vacunas elaboradas con virus vivos pueden hacer que su hijo se enferme, puesto que su organismo no está en condiciones de eliminar los virus. El proveedor de atención médica de su hijo debe informarle todo lo relativo a las vacunas y cuáles son seguras para que su hijo las reciba. Para estar a salvo de los virus, converse con el proveedor de atención médica de su hijo acerca de las vacunas que deben ponerse sus otros hijos o familiares.
• Es importante que su hijo reciba una vacuna antigripal anual, así como también deben ponérsela las personas que estén en estrecho contacto con él, incluidos los demás miembros de su familia directa. Asegúrese de pedir la vacuna antigripal estacional inyectable y no la vacuna antigripal en forma de aerosol nasal. La vacuna antigripal inyectable está compuesta por virus inactivos (muertos), mientras que las vacunas en forma de aerosol nasal contienen virus vivos. La vacuna antigripal inyectable es más segura para aquellas personas cuyo sistema inmunitario se encuentra débil.
• Converse con el médico de su hijo antes de llevarlo al odontólogo.

A continuación, mencionamos algunas medidas adicionales que debe tomar para reducir el riesgo de que su hijo contraiga una infección:

• Converse sobre el estado de salud, el tratamiento y el riesgo de infección de su hijo con el personal de la escuela.
• Converse con el médico de su hijo sobre sus planes de viaje al extranjero.
• Consulte a su médico antes de permitir que su hijo utilice una piscina o un jacuzzi.
• Trate de evitar que su hijo juegue con juguetes que hayan estado en contacto con otros niños. Lave regularmente en la lavadora los juguetes blandos y las mantas de apego, y limpie con un trapo los demás juguetes.
• No dé a su hijo carne ni huevos crudos ni poco cocidos.
• Como cuidador, debe evitar usar uñas postizas.